viernes, 23 de diciembre de 2011

Ella.

Dicen que a través de las palabras podemos describir aquello que nos rodea, aquello por lo que estamos formados; describir sensaciones como el calor y el frío, o como lo agrio y lo amargo. También afirman que se puede describir hasta las ideas más complejas y enrevesadas o la idea más estupida y banal posible. Algunos incluso afirman que las palabras pueden describir absolutamente todo, pero se equivocan. Y lo siento por ellos, porque significa que no han conocido el amor.
Aquellos que lo conocen saben de que hablo porque ¿cuántas veces nos hemos quedado bloqueados intentando explicarle a tu pareja lo que sientes por ella o él?, ¿cuántas veces un sentimiento te ha llegado a consumir y no has podido explicarle lo que sentías?, ¿cuántas veces has sentido que las palabras no eran suficiente para describir una emoción y, paradojicamente, la has descrito diciendo que algunas veces sobran las palabras?
Y es que esto me ocurre día a día. Tengo un mar de sensaciones en el pecho que no puedo explicar, sólo sé que arden en mi corazón y me inundan de amor y calor. Pero aún así no me he resignado, y he decidido que, ya que no puedo explicarlas, nombraré las cosas y momentos que me producen esas fervientes sensaciones, y talvez así consiga trasmitiroslas, talvez así consiga haceros estar en mi propia piel para que podáis compartir estas inexpresables emociones que me asaltan a cada segundo.
Son palabras, situaciones, momentos y actos como...
Una sonrisa sincera que le dedico al volver a verla, y la que ella me devuelve con gesto nervioso como si hiciera años que no nos vieramos cuando en realidad hacía sólo unas pocas horas que nos habíamos despedido; una mirada a lo más profundo de sus ojos, viajar en su iris para llegar a la pupila para perderme y desear no salir de ahí jamás; caer en la hipnosis que producen sus sedosos labios; esa sonrisita pícara tan riseuña y borde a la vez; un beso a camara lenta; el deslizamiento de nuestros labios; el sabor de su lengua y de sus labios; el chocar de nuestra nariz mientras nos miramos a un centímetro; el suave tacto de su cuerpo al desnudo; sus dulces pechos; un soplido en el cuello para erizarle la piel; una caricia por debajo de sus ojos de rubí; una lágrima de mis ojos en su dedo; un abrazo que me evade, un "estoy aquí, a tu lado"; un "te quiero"; un "te amo"; un "no me dejes nunca" y un "siempre" como respuesta; un "tú y yo solos"; una vida por delante, un pasado sin sentido y un presente a tu lado, en fin, Ella.
LAR.