Lástima que el premio Nóbel no pueda darse póstumamente, porque sin duda alguna la persona que más se lo merece ya pertence a los anales de la historia, pero lo más curioso es que nadie sabe de ella y los que supieron descansan ya hace algunos años... Sí... hace ya millones de años.
Sólo Dios conoce el momento y el lugar en el que un antecesor nuestro hiló unos gémidos ilógicos que se convirtieron en el mayor invento de la humanidad: la palabra.
Por ella actuamos, por ella sentimos, por ella somos lo que somos, por ella incluso vivimos. Tan sólo vino a nosotros y nos enseñó todo su poder.
Ella nos convence y nos persuade, del mismo modo que nos desalenta y nos disuade. La realización de infinidad de nuestros actos proviene de ella, y si no lo creen fíjense en el poder de un gracias, ella sóla consigue verdaderas hazañas.
También nos evoca sensaciones de motivacion, de amor, de pasión, de confianza, pero también de impotencia y frustración, de odio, de tristeza y de rabia. Con ella caemos en el amor con un simple te quiero, y en los delirios de la pasión con un te amo, pero tal es su poder que se moldea de tal manera que es capaz de inculcarnos sentimientos totalmente opuestos. Tan sólo cambiando algunas letras, y lo que despertó el amor con ese te quiero, ahora lo hace el odio con un te detesto, la frustración con un no estás capacitado o la tristeza con un no vales nada. Simplemente magnífico.
Ella nos ha criado. Unos fueron criados bajo palabras como respeto, igualdad, justicia, amor, cortesía o urbanidad, y otros bajo sus antónimos. A simple vista parece que lo único que difiere de cada camino son las palabras que te acompañaron por él, pero en la meta se apreciará la senda recorrida, y cada uno se habrá convertido en las consecuencias del trayecto que eligió: uno valdrá como persona y otro no. No hace falta decir que esta situación ocurrirá en general, porque siempre hay excepciones.
La palabra es un arma y un bálsamo, con ella damos nuestro cariño y calor, con ella causamos heridas que jamás cicatrizan, también con ella podemos sacar a corazones inmersos en la tristeza más profunda, e incluso podemos matar un corazón y dejar el cuerpo en vida como cruel tórtura.
Es impresionante, tanto que sin ella este texto quedaría desprovisto de sentido, y si les ha gustado este fragmento no me lo agradezcan a mi, agradezcanselo a la palabra, ella es quien lo ha escrito.
domingo, 28 de noviembre de 2010
jueves, 25 de noviembre de 2010
Mon trésor
En las canciones de "Los Beatles", en el recuerdo borroso de mi primer amor, en cada rincón de mi casa y en mi joven pero arrugado corazón huele a mi tesoro. Nos moldea a su voluntad, tanto por dentro como por fuera, queramos o no. Él nos salva la vida, y a la vez nos convierte en sus mártires y nos mata lentamente. Es nuestro mejor amigo, y nuestro más odiado enemigo. Estamos en una función donde somos sus títeres y marionetas, y nos guste o no, no podemos escapar de él. Visto así, parece una condena... pero yo le amo.
Porque bien es cierto que no podemos escapar de él, que actuamos según su voluntad, que somos sus esclavos y él nuestro amo, pero hay algo que escapa a su red perfecta: él no puede decidir por nosotros ser felices o no. Porque él controla todo, o eso se cree él, pero jamás podrá controlar la elección de los sentimientos. Sólo uno mismo escoge que sentir, independientemente de estar rodeado de adversidades o beneficios. Y yo elijo ser feliz, aunque sea su mártir y me mate lentamente, o aunque sea mi enemgo más odiado. Puede que algunas veces el tiempo nos torture y queramos dejar de estar en sus manos evocándonos ideas de suicidio, pero él es quien nos ha dado la vida, y es por éso que le amo. Porque vida sólo hay una, y hay que aprovecharla al máximo, vivas bien o mal, pero aprovéchala. Sí, el será quien controle los hilos de yo, su títere, pero ese títere tendrá dibujada la sonrisa más sincera jamás vista. Y éso, ni el mismo tiempo, mi tesoro, lo podrá evitar.
Porque bien es cierto que no podemos escapar de él, que actuamos según su voluntad, que somos sus esclavos y él nuestro amo, pero hay algo que escapa a su red perfecta: él no puede decidir por nosotros ser felices o no. Porque él controla todo, o eso se cree él, pero jamás podrá controlar la elección de los sentimientos. Sólo uno mismo escoge que sentir, independientemente de estar rodeado de adversidades o beneficios. Y yo elijo ser feliz, aunque sea su mártir y me mate lentamente, o aunque sea mi enemgo más odiado. Puede que algunas veces el tiempo nos torture y queramos dejar de estar en sus manos evocándonos ideas de suicidio, pero él es quien nos ha dado la vida, y es por éso que le amo. Porque vida sólo hay una, y hay que aprovecharla al máximo, vivas bien o mal, pero aprovéchala. Sí, el será quien controle los hilos de yo, su títere, pero ese títere tendrá dibujada la sonrisa más sincera jamás vista. Y éso, ni el mismo tiempo, mi tesoro, lo podrá evitar.
martes, 23 de noviembre de 2010
Cobardes
Un escalofrío te recorre todo el cuerpo y el corazón se pone a 1000 revoluciones, hiperventilas, y el tiempo pasa tan lento...Los minuteros del reloj se congelan y el instante se vuelve eterno.
Es una mezcla de felicidad y de miedo dentro del corazón, donde tú eliges quien residirá y quien quedará exiliado. Pero el miedo es tan fuerte... Sí, te consume lentamente y te domina a su voluntad, y en vez de abrir tu corazón y demostrar sentimiento, lo encadena al pecho para que sea su preso aislado, y que nadie nunca jamás pueda saber de él. Sin embargo, no podemos con tanta carga. ¡Pues claro que no! Humanos ilusos, creyendo que podemos controlar nuestro corazón...y como tales que somos pretendemos convertir lo irracional en racional, y amigos, el amor es lo más irracional que ha existido desde el principio de los tiempos, así que ahorraros el intento fallido de intentar que el tiempo amaine el frenesí del sentimiento. Porque el tiempo nos tenderá la mano para superar un amor marchito, pero jamás lo hará para impedir que un amor brote. Sólo acéptalo. Sólo dilo, ¡o mejor grítalo!. Sólo fluye y dejate llevar por el rio de amor y magia. Sólo siente como el alivio te inunda...
Eres libre y ya no tienes que actuar como un carcelario autoengañado. ¡Ah! ¡Y qué autoengaño más estúpido! Sí, porque sacarás balance y te darás cuenta de que has sufrido más evitando lo inevitable de que la posibilidad que tu amor pudiera ser no correspondido. Y, por si no fuera poco, habrás perdido parte de nuestro mayor tesoro: el irrecuperable tiempo.
Es una mezcla de felicidad y de miedo dentro del corazón, donde tú eliges quien residirá y quien quedará exiliado. Pero el miedo es tan fuerte... Sí, te consume lentamente y te domina a su voluntad, y en vez de abrir tu corazón y demostrar sentimiento, lo encadena al pecho para que sea su preso aislado, y que nadie nunca jamás pueda saber de él. Sin embargo, no podemos con tanta carga. ¡Pues claro que no! Humanos ilusos, creyendo que podemos controlar nuestro corazón...y como tales que somos pretendemos convertir lo irracional en racional, y amigos, el amor es lo más irracional que ha existido desde el principio de los tiempos, así que ahorraros el intento fallido de intentar que el tiempo amaine el frenesí del sentimiento. Porque el tiempo nos tenderá la mano para superar un amor marchito, pero jamás lo hará para impedir que un amor brote. Sólo acéptalo. Sólo dilo, ¡o mejor grítalo!. Sólo fluye y dejate llevar por el rio de amor y magia. Sólo siente como el alivio te inunda...
Eres libre y ya no tienes que actuar como un carcelario autoengañado. ¡Ah! ¡Y qué autoengaño más estúpido! Sí, porque sacarás balance y te darás cuenta de que has sufrido más evitando lo inevitable de que la posibilidad que tu amor pudiera ser no correspondido. Y, por si no fuera poco, habrás perdido parte de nuestro mayor tesoro: el irrecuperable tiempo.
Blanco y negro
Que la vida es como el cine de hace unos siglos, ése que sólo se mostraba en blanco y negro en la pantalla de algunos burgueses: en blanco y negro. Que no hay matices, que no hay posibilidad a más de 2 vertientes, que no es ni clarito ni bastante oscuro: es o blanco o negro. Sólo vive, y lo verás. Que hay verdad y mentira, que hay alegría y pena, que hay buenos y malos, como en las películas en blanco y negro, fíjate. El problema es que nos empeñamos en pintar grises, y es el momento en el que las cosas se tuercen. ¿Por qué intentáis pintar grises? Pues fácil: tenéis miedo a asumir que es blanco o negro, y lo adornáis con un gris, porque no soportáis el dolor, ¡pues sabed que de éste se aprende también!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)